Defiance (Rockne S. O'Bannon, 2013) |
La serie Defiance prometía bastante en su primer capítulo: naves espaciales, exploradores en un planeta hostil, alienígenas por doquier, una batalla colosal... aunque después la serie se convierte en algo que ya hemos visto en mil culebrones: "lucha de poder por el dinero".
Adiós a las naves, el planeta se circunscribe a un pequeño pueblo o, como mucho, a una cantera a la que se dedican a recorrer en círculos cuando van en coche ("carros" los llaman, como en los western), y las batallas son meras riñas surgidas del pulso mantenido entre el "malo" y los "buenos". Al final todo se reduce a la vida en un pequeño pueblo, donde llega el prota y se queda por petición popular, para ayudarlos a mantener el orden ante las amenazas externas e internas, como en los western. (¡Andá...! Cómo se parece a Deadwood). Eso sí, ambientado en un pueblo lleno de alienígenas humanoides.
Para mi gusto le faltan intriga, acción, efectos especiales y le sobra, sobre todo, el videoclip onírico de cinco minutos al final de cada episodio, que canta por peteneras que está hecho para rellenar los minutos faltantes de historia.
Adiós a las naves, el planeta se circunscribe a un pequeño pueblo o, como mucho, a una cantera a la que se dedican a recorrer en círculos cuando van en coche ("carros" los llaman, como en los western), y las batallas son meras riñas surgidas del pulso mantenido entre el "malo" y los "buenos". Al final todo se reduce a la vida en un pequeño pueblo, donde llega el prota y se queda por petición popular, para ayudarlos a mantener el orden ante las amenazas externas e internas, como en los western. (¡Andá...! Cómo se parece a Deadwood). Eso sí, ambientado en un pueblo lleno de alienígenas humanoides.
Para mi gusto le faltan intriga, acción, efectos especiales y le sobra, sobre todo, el videoclip onírico de cinco minutos al final de cada episodio, que canta por peteneras que está hecho para rellenar los minutos faltantes de historia.